La publicidad en medios y formas convencionales no ha muerto aún, y aún le queda cierto tiempo. Pero está claro que, antes consumidores cada vez más exigente e interactivos, la publicidad social va ganando enteros.
Dejo aquí un extracto de un interesante post leído en el blog de MarketingDirecto.com:
Todavía es pronto para acabar con la publicidad convencional, pero es innegable que su eficacia está muriendo. La unidireccionalidad de sus mensajes ya no alcanza a unos consumidores cada vez más informados e interactivos. Internet ha sido un pilar fundamental en este proceso; usuarios en constante comunicación que través de la red intercambian opiniones y se aconsejan. El poder del boca-oreja en estado puro; más si se tiene en cuenta que son las personas cercanas las que más influencia tienen en uno.
Las redes sociales se han convertido en una plataforma en la que la gente se reúne para compartir sus historias e intereses. Tal y como recoge iMedia Connection, MySpace y Facebook se han convertido en dos de las más importantes. En Estados Unidos, el 75% de los adolescentes ya pertenece a una y el 25% pasa más de dos horas diarias delante de la pantalla del ordenador.
Por ello, las marcas han decidido abandonar los tradicionales e incómodos formatos publicitarios online por lo que se ha denominado social advertising. Este tipo de publicidad no es publicidad tal y como se conoce habitualmente, son contenidos y aplicaciones para redes sociales. La idea es que lejos del molesto banner, los propios usuarios acepten al anunciante dentro de la red social porque lo que éste les ofrece se adecue a sus intereses. Y si recomiendan o invitan a más contactos a probar la aplicación, la herramienta habrá cumplido con su cometido.
Los social advertisements permiten un desarrollo del boca-oreja que no sucede con su versión offline.
Lee el artículo completo aquí.
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